El viaje de Breogán

El bazar de los sueños es la tercera colección de cuentos de Villar Pinto. En «El viaje de Breogán», el mítico héroe de Galicia todavía es un niño. En la playa de Las Amorosas se produce un suceso mágico que quedará unido a su futuro para siempre. Este cuento es el que da origen a la portada del libro.

El bazar de los sueños (12 cuentos): «Broan y Turin», «El bazar de los sueños», «El bosque de los ciervos blancos», «El carpintero sin suerte», «El cofre de los náufragos», «El estanque mágico de Verdesmeralda», «El viaje de Breogán», «El vuelo de los cisnes», «La biblioteca de Alejandría», «La deuda del marajá», «La maldición de la sirena de oro» y «Las estrellas capturadas».


Breogán eran tan sólo un niño cuando empezó a escuchar las historias de los guerreros y ancianos que, alrededor del hogar, se reunían en las noches de invierno. Su padre, el rey, presidía la gran casa del poblado ártabro, su pueblo, que habitaba frente a la orilla del mar. Eran tiempos en los que los hombres hablaban del pasado a través de leyendas, vivían el presente realizando hazañas que merecieran ser relatadas y únicamente esperaban del futuro ser recordados.
Así pues, no es de extrañar que Breogán, convertido en un hombre, se echara al inmenso mar para llegar a una tierra que creyó ver un solo día, dando lugar a una gesta que todavía hoy se recuerda. Pero algo se perdió de esta historia, una parte crucial sin la cual esto no hubiera sucedido.
Lo cierto es que Breogán, alentado por las leyendas que hablaban de grutas encantadas, de mujeres del mar que con su canto atraían a los hombres bajo las aguas, de ciudades sumergidas y de grandes tesoros ocultos, mostró siempre un ansia inmensa por encontrar la aventura, la emoción y el riesgo. Quería ser él el protagonista de los relatos, ver con sus propios ojos lo que habían visto otros.
Durante mucho tiempo estuvo buscando, adentrándose en toda cueva que encontraba, en toda roca considerada sagrada o prodigiosa, en toda poza sobre la que existía un misterio con la esperanza de encontrar una entrada o algún ser fantástico que le condujera a esos mundos de ensueño. Pero a medida que crecía iba perdiendo el interés, porque después de una intensa búsqueda, esa entrada seguía permaneciendo inalcanzable, secreta, inexistente…
Así pues, siguió escuchando nuevas historias, pero ya no significaban para él lo mismo que antaño. Eran simplemente un entretenimiento. No obstante, cierta noche ocurrió aquello que haría posible que volviera a creer en lo que va más allá de lo común.
La luna llena presidía el firmamento cuando en su casa entraron unos guerreros comentando un curioso suceso. Dos extraños animales acuáticos habían quedado varados en la playa de Las Amorosas. Parecían haber hecho un inmenso esfuerzo para llegar hasta allí. Era un hecho insólito; nadie recordaba antecedente alguno. Y en esto, aparecieron los amigos de Breogán, Eren y Gábala.
—¿Puede venir Breogán a la playa? —preguntaron.
—Padre… —pidió permiso aquél.
—Ve —respondió el rey.
Sin perder tiempo, los tres corrieron hasta el acantilado bajo el cual se hallaban Las Amorosas. Breogán tenía tantas ganas de llegar abajo que no quiso esperar. Tomó uno de los dos caminos para descender, el más corto, pero también el más peligroso. Eren y Gábala, temerosos de la altura y la falta de seguridad que ofrecía la sombra de la noche, decidieron no seguirle y tomaron el seguro y serpenteante sendero que bordeaba el precipicio.
Tras algún que otro susto propiciado por la gravilla y la humedad del rocío, Breogán alcanzó el arenal. Miró hacia la pareja y se quedó perplejo. No eran dos animales los que allí yacían, sino un hombre y una mujer...(¿Quieres saber cómo termina el cuento «El viaje de Breogán»? Continúa en la colección de cuentos El bazar de los sueños).